09 mayo, 2007

10 de mayo: día de la Madre

A todas las Madres de Chilito, un abrazo y un beso.
Conozco un montón de madres que merecen más que eso, pero desde mi humilde teclado, les envío los mejores deseos para hoy y todos los días.
Un saludo especial a todas las Madres que tienen que escribirse con Mayúsculas esas Madres que también tienen que ser saludadas el día del Padre, a las que con sacrificio educan a sus hijos, a las que se postergan a si mismas para darle lo mejor a sus retoños, a las que no cuestionan para dar un abrazo y un beso, a las Madres que no son saludadas por esos hijos ingratos que no reconocen el amor entregado por ella, a las Madres que están solas, a las Madres que no pudieron tener hijos...
Hay muchas Madres que merecen esto y mucho más... En especial a mi Madre y a la Madre de mis hijos, a quienes les debo mucho... Las 2 mujeres más maravillosas de la tierra.
Un Besote...

1 comentario:

Kanelo dijo...

La mía ya vive en mis recuerdos.

La veo aún en aquellas lluviosas noches del sur, con las sopaipillas o pan amasado prestos a atender nuestro apetito y al deseo de compartir en familia.

La veo observándonos por si nuestra ropa estuviese estilando después de andar bajo las inclemencias del tiempo, asistiéndonos presurosa con el recambio para cuidar nuestra salud, son tantos, tantos y tantos recuerdos.

Gracias a Juan por pensar en estos seres luminosos que han acompañado nuestras vidas, para ellas un hermoso escrito de Ramón Angel Jara.

HAY UNA MUJER

Hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados;

Una mujer que, siendo joven, tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez, trabaja con el vigor de la juventud;

Una mujer que, si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños;

Una mujer que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón
la herida de la ingratitud;

Una mujer que siendo vigorosa se estremece con el llanto de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león;

Una mujer que mientras viva, no la sabremos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta,daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un sólo acento de sus labios.

De esta mujer no me exijáis el nombre, si no queréis que empape con lágrimas vuestro álbum, porque ya la ví pasar en mi camino.

Cuando crezcan vuestros hijos, leédles esta página y ellos, cubriendo de besos vuestra frente, os dirán que un humilde viajero en pago del suntuoso hospedaje recibido, ha dejado aquí, para vos y para ellos, un boceto del retrato de su madre.